jueves, 24 de septiembre de 2015


                                                               ENCANTAMIENTO

En la playa solitaria de mi madrugada a solas, como en un suspiro ha anochecido un sueño. Cansado de ser soñado se ha dejado llevar por las alas de la realidad, y abandonado de fuerzas, subido en olas de pleamar y sentimientos, ha surcado los océanos negros del olvido, para llegar cansado hasta mi noche naciente. Con voz apagada, tembloroso de ausencia y empapado de soledad, se ha sentado al calor de mis letras y me ha soñado su vida.
Nació una mañana de invierno, en una almohada de arco iris, mientras un corazón con ojos de universo rimada emociones en la candela ardiente de un poema de versos en ausencia. Llenó su mochila de ilusiones, sus bolsillos de esperanzas y con pasos de alegría e ilusión, inició el camino hacia la luz dorada del amanecer de la realidad. La luz blanca de los deseos guiaba sus pasos en medio de la noche, al amanecer dormía entre las sábanas blancas de unos folios que aguardaban a las golondrinas de unas letras para dibujar sus deseos en sus cielos azules. Noche tras noche, letra a letra fue viviendo caminos, andando madrugadas y escribiendo deseos al alba de cada vivencia. Una noche sentado al borde de la madrugada conoció a otro viajero, la música, y tras contarse esperanzas decidieron compartir camino, nota a nota con pasos unísonos e hicieron de cada vivencia, de cada amanecer una ilusión en pentagrama. Más hoy el amanecer ha sido noche oscura. Las letras doradas del alba se han perdido por las calles de la madrugada, amaneciendo en otro mundo blanco, en otro folio, y el frío del desencanto ha congelado sus deseos en las aceras grises de un poema sin letras. La música ha callado sus notas redondas, perdidas en un aire  que huele a vacío y resuena a oscuridad. Al mirar su mochila la ha visto inmensamente vacía, sus ilusiones, cual tiempo pasado, han ido cayendo preñando al suelo de pisadas en vacío pasos hacia ninguna parte, camino hacia la nada, Cansado de soñar ha llegado hasta mi noche y mientras hablaba escribía su vida a golpe de arena y ola, y se ha dormido en los renglones blancos de un cuaderno de anhelos. He guardado sus palabras azules en el cofre blanco de un folio y lo he cubierto con sábana azul de letras, emprendiendo camino de vuelta hacia la otra realidad, allí donde nacen todos los sueños. Y en el aire de mi noche naciente, a orillas de un mar sin riberas, una música que huele a latido y letra despliega el aroma de un sueño en el pentagrama irisado de una música de mil colores. 
                                               https://youtu.be/D4FnRvfQu7M
                                              Imagen bajada de la red

lunes, 7 de septiembre de 2015


                                                                  PARALELOS 

Resuenan  sonoros los pasos de la noche entre calles que laten sus últimos deseos de un día que se va apagando poco a poco entre farolas mortecinas, luces que iluminan pasos perdidos, vidas que recogen sus ilusiones a la luz de la luna, para poner un paréntesis en el diario vivir.
Subo un día más al cotidiano quehacer y poniendo cortina de música cierro mis ojos y escribo sueños al compás de bocinas y ruidos, de árboles de verde callado,  de luminosos de neón irisado, semáforos de voz tricolor que escriben los vaivenes de un mundo que cierra los ojos y otro que extiende sus sueños por los caminos de la madrugada. Y en ese intermedio irreal, en esa realidad fantástica en que conviven paralelos dos mundos opuestos, mi ayer y mi hoy, mi noche y mi mañana, traspasando los velos del tiempo llego un día más hasta ti, pueblo mío, padrepueblo, para contarte mi devenir diario lejos del abrazo blanco de tus calles, lejos del aroma a paraíso de tus flores, ahora que es primavera. Añoro un día más, la luz eterna de tu amanecer entre encinas y olivos, la banda sonora de las golondrinas, el oro viejo y seco de tus campos por segar, preñado de futuro y esperanza. Resuenan ausentes las notas transparentes del agua del arroyo Budión y el hermano Cañuelo, la Andihuela y el Guadámez, playa olvidada donde escribimos sueños infantiles al calor de cien veranos pasados a las sombra de los años. La realidad resuena con voz metálica y mis sueños, un día más se pierden en el aire redondo y gris del horizonte lejano. Hoy quise guardar mi corazón en el amanecer azul de unas letras, puse de sobre un deseo y un beso rojo amapola de sello eterno.  
 
                                            https://youtu.be/9olcTJmDphA