sábado, 23 de enero de 2016


                                                                LA MARCHA

La habitación luminosa un día de tu presente en flor, se tornó aquella tarde extrañamente oscura. Apenas iluminada por el brillo incoloro de tu mirada a solas, fuiste recorriendo los rincones de tu vida, y sobre la maleta azul de tu deseo, fuiste poniendo trozos de ti, tu vida misma, fundida en detalles, prendida en momentos, que guardabas en el armario de tu corazón.
Has guardado tu primer lápiz, con el que aprendiste a dibujar las formas que tu mente creaba, y aquella goma que borró  también tus primeros errores. Y guardaste también tus lápices de colores, con los que pusiste arco iris al mundo que latía en tu universo paralelo. Y tu primer balón, que te enseñó a darle patadas al primer dolor, cuando se marchó tu mejor amigo.
 Has guardado también  la rosa ya seca de tu primer amor, las letras ya borrosas de tu primer poema, y guardaste también tus cromos, aquellos ídolos de color y cartulina que encendían tus sueños al calor de una radio.
Has guardado las risas del recreo en la bolsa rosa de una sonrisa, en el lazo azul de una mirada que encendió tus mejillas por primera vez. Has guardado el terciopelo verde de la primera caricia, la ola blanca de aquella mano que llegó hasta tu playa, y dibujó delfines en el mar de tu piel. Has guardado la magia en oro y miel de aquel primer beso escrito en la pared de una tarde, cuando su tiza blanca dibujó tu nombre en el folio de sus ojos.
Has guardado el dolor negro y espina de aquel desencuentro, cuando la lluvia pintaba ausencias, y la lejanía soltaba palomas cada día con un mensaje doliente en sus alas abiertas.
 También has guardado el lazo negro de tu primer adiós en la carta de la vida, ese que te partió el alma, y luchas cada segundo con pegarla con versos de recuerdo. Y también la lluvia de aquellos primeros llantos, cuando no sabías que otros mundos giraban igual que tu pero no al compás tuyo.
Casi al final has visto tu vida entre cuatro paredes guardada. Sentado al borde de la madrugada, con tu vida en la mochila, has vuelto la mirada hacia tu ayer, cuando el autobús enfila la última curva. Mientras las calles duermen sueño azul y oro de alborada que llega, la luz blanca de la luna llena pone un beso de plata sobre la rosa encarnada de tus mejillas.
 
                                         https://youtu.be/FZpKIoa6FOM. Imagen de internet.
 

2 comentarios:

  1. Guardarlo todo, sin que nada se pierda ni se olvide... para volver a sacarlo cuando más falta nos haga, sabiendo de sobras que nos hará tan felices como aquella primera vez.
    Muy lindo...

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  2. Siempre me gustó guardar momentos, sea en un baúl, en una caja de zapatos o en el corazón. Gracias por " escribir " momentos para éste peregrino del recuerdo.

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