DOS
MARES
Esta mañana de
invierno, con el alba pintando rosas en el cuadro del amanecer, he adentrado el
barco de mis deseos en el océano infinito de los sueños. Desplegando las velas
de la ilusión he adentrado mi presente en el proceloso mar de lo imposiblemente
posible.
El timón, libre de ataduras, marca un rumbo indefinido al compás de
los latidos del corazón, mientras el mar del ahora acaricia con besos de plata los costados de mi corazón velero, y
los delfines del tiempo juegan marcando estelas en la esfera del mar.
La fresca
brisa, recién nacida en su cama líquida, llena mis pulmones de emociones con
blanco de espuma y sal, mientras los dedos de oro del sol dibujan sueños en el
espejo curvo del horizonte infinito. Henchido de luz, cierro los ojos guardando
este momento allí donde el yo se pierde en lo inmenso de lo interior.
Segundo a
segundo, el nuevo día va abriendo las ventanas de la vida, llenando de luz y
colores el pentagrama en blanco de la esperanza. Respiro el nuevo día y el mar
se transforma en otro mar, mi mar de trigo y cebada, con brisas preñadas de
azahares, con delfines alados que anidan en nubes verdes de olivos y encinas,
con sirenas que cantan con trinos de
jilgueros y verderones, con olas verdes de menta y poleo, tomillo y jara, con
playas de arenas rojas de amapolas, y poemas de olores con letras vegetales en
las riberas de un lienzo verde de cañas eternas.
Una tras otra van naciendo
sensaciones al compás de un tiempo que se duerme en la luna creciente de unas notas
musicales. Busco afanosamente las olas de unas letras nuevas para dibujar entre
espuma la singladura imposible de dos mares en un solo corazón.
Y me pierdo, un
día más, en mi absoluta pequeñez, en mi minúscula voz y sombra, en el laberinto
azul de unas letras color de mar y forma de anhelo transparente. Mientras la
tarde se viste de ocaso y abre la puerta de la noche, que asoma por entre estrellas sin
cuento, mientras mi barco arriba al puerto blanco de una almohada con forma de
folio, lanzo al mar mi beso y mi deseo... ¡quién supiera escribir!.
Dos mares, dos colores, dos horizontes... un único sentimiento.
ResponderEliminarQué bonito.
¡ Que bonito sería poder fundirlos en una sola mirada y, como en un folio escrito, poder leerlo cada vez que uno quiera !. Gracias por venir y poner tus letras, así el folio es más posible cada vez.
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