CABALLERO MÍSTICO
Con las
primeras luces del alba dibujándose en el horizonte, con la mirada llena de
azules, ha dejado atrás las fronteras oscuras de una batalla más a solas. Tras
pasar por las puertas transparentes de la madrugada, llega el momento de cruzar
un día más las nieblas de la alborada, para escribir esperanzas en el libro de
la vida.
Cubre su
cuerpo la armadura transparente de un corazón que late en ausencia, de su cintura
cuelga la espada luminosa de un universo en la mirada, y asida en su mano derecha
una lanza azul con luz de mediodía.
En su mano izquierda,
como fundido a su cuerpo, cogido lleva un escudo de tapas azules, donde guarda
entre sus hojas los paisajes de mil batallas emocionales. Sobre su alma en
carne viva y su corazón de papel y acero se quedaron grabados con cicatrices de
letras el dolor de mil batallas contra la soledad a solas, y el sabor a miel y
rosas de unos labios al otro lado de un folio.
Guarda
también el amargo color de una mirada ausente y el arcoíris encendido de un beso en
la victoria del amanecer. Sobre su cabeza un yelmo hecho sueño guarda entre sus
paredes transparentes las golondrinas azules de mil vivencias, las rimas que
vuelan ausentes sobre un campo de
batalla hecho de silencio y espera, reencuentro y alborada.
Sobre su
espalda carga el peso oscuro de mil batallas en soledad luchando contra si mismo, el pesado caminar con destino
a ninguna parte, el silencio atronador de un espejo frente a uno mismo. A su lado,
con pasos en negro azabache, un caballo
multicolor hecho pentagrama camina músicas haciéndolas paisaje y cortina,
caricias y senderos por donde transita el alma en las alas de sus notas.
Despertando
alboradas y aspirando esencias con olor a primavera y colores de horizonte en
flor, con pasos de aventura en la mirada, se recorta la figura del Caballero
Místico, que regresa con pasos de amanecer a su castillo de tinta y folio. Tras él
unas letras azules vienen caminando esperanzas, escribiendo sueños.
Por un
camino en blanco hecho de folio y tinta el Caballero Místico regresa a un sueño
hecho castillo, a unas vivencias guardadas en azul, a un folio en blanco espejo
de sus deseos.
Imagen bajada de la red