sábado, 17 de febrero de 2018


                                                PASOS DESCALZOS 

Había recorrido la noche con pasos azules cobre un folio gris de asfalto y madrugada. Había recorrido las calles mientras las aceras apagaban sus rumores de miles de voces, el grito metálico y gris de mil bocinas en el aire, el paso acelerado de la prisa infinita.

Siguió después camino por una senda tachonada de notas de colores, pasos vestidos de cadencia y olores infinitos con sabor a mil mundos en las fronteras   de un sueño vestido de ilusiones.

Había llegado al amanecer con los pasos cansados y doloridos  hasta un folio en blanco hecho de arena. Tras descalzarse bañó sus sueños en la almohada líquida de un mar en calma. Y escribió pasos con letras de espuma entre renglones azules de olas.

Prosiguió su caminar y sus pasos llegaron al mediodía entre caminos  a la luz del sol y veredas con sabor a sombra y amapola. Al olor dorado de una conversación en el aire siguió caminando, y cruzó sus pasos con trajes brillantes de charol, con estilizados vestidos de colores de arco iris y con agujas de altura infinita vestidos de equilibrio mágico.

Ha recorrido otros caminos de las manos de otras letras. Sendas cubiertas de azules, de ocasos y universos en la mirada, de colores en horas oscuras y de músicas que iluminan el silencio.
  
Cuando ya el ocaso encendía sus luces de oro y rosa cambió su caminar e hizo de sus pasos un traje de colores cambiantes, mientras el tiempo también cambiaba la senda, ahora de verde primavera, hecha de árboles en flor, ahora de dorado albero a la luz del ocaso o el elástico corazón de un negro interminable.

Se han encendido las luces de la noche al otro lado del camino, en la acera de la vida. Una mullida alfombra con forma de babuchas acarician sus pasos mientras las luces se han tornado ambarinas. Sus pasos se han vuelto ahora  un callado caminar por el aire. Ausente de camino el andar se torna silencio a la espera de nuevos trajes por vestir, nuevos caminos por contar.

Y mientras recordaba la senda andada, mientras repasaba su caminar, ha llegado a un banco de madera y ha tumbado sobre él sus pasos    cansados. Ha descalzado sus pies y ha puesto los zapatos en el suelo.

Con la mente soñando en azul y los pies desnudos, ha iniciado un nuevo anhelo con el alma y el corazón en carne viva sobre la tierra desnuda. Ante su mirada, el folio en blanco del nuevo día, pintaba renglones azules para escribir nuevos pasos con letras nuevas.   


https://youtu.be/1Wzi2iixgIE

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